jueves, 10 de septiembre de 2009

“Primero Quien y Después Que”: Conformando Equipos Altamente Competentes

Equipo Altamente Competente “Carlos siempre fue una persona muy hábil. Termino su pregrado en una muy buena universidad en la capital de su país. Fue reclutado por una empresa de buen calibre, y cayo exactamente en un lugar apropiado para explotar sus habilidades. Termino siendo el director de orquesta, el profesional más querido y como era de esperarse llego a ser Gerente de su área.

Cuando se hizo cargo de la Gerencia, desarrolló sus estrategias, fijó metas y contrató a gente muy capaz para ejecutar lo que él había pensado. Y no cabe duda de que Carlos era bueno, algunos lo tildaban de genio, y su equipo era el mejor, todos hacían exactamente lo que Carlos indicaba, sin dudas ni murmuraciones, y el éxito estaba presente en cada una de sus evaluaciones.

El tiempo fue pasando, y Carlos, como todo ejecutivo, quería seguir creciendo en la empresa, y a pesar que sus logros de por sí justificaban un ascenso, este no llegaba. Un buen día, para Carlos, se le presento una muy buena oportunidad y renunció.

Todos sintieron algo de pena por la decisión de Carlos, pero no pensaron que la empresa se vería afectada, pues si bien Carlos se iba, todo su equipo se quedaba.

No tardaron más que unos meses para darse cuenta que estaban en un problema. El equipo perdió el rumbo, la gente dio lo mejor de sí, pero Carlos no estaba para indicarles cual era el camino. Algunos trataron de tomar el liderazgo, con audaces medidas visionarias, tratando de actuar como Carlos, pero no tenían su capacidad ni su talento, por lo que resultaban ineficaces.”

Cuando hablamos de equipos altamente competentes, hablamos de equipos que siguen funcionando, aun cuando alguno de sus componentes es reemplazado. Pero para que esto pase, es necesario que la compañía elija el modelo indicado para conformarlo.

Lo que le paso a la empresa de Carlos es que eligió el modelo “Primero Que y Después Quien”, es decir primero determinar que es lo que se debe hacer y después contratar a las personas para que lo hagan. Pareciera que fuera lo más lógico, pero una investigación bastante extensa hecha en empresas de demostrada excelencia, realizada por Jim Collins y que aparece en su libro “Good to Great”, nos dice que las empresas sobresalientes escogen el modelo “Primero Quien y Después Que”, es decir primero conforman un equipo ejecutivo espléndido y luego piensan cual será el mejor camino para llevar a la empresa al crecimiento.

Es decir, que para conformar un equipo de alto desempeño, no se necesita un gerente o ejecutivo que solo sepa desarrollar un trabajo operativo especifico, sino que también sepa encontrar a esa gente que sabe como hacer ese trabajo específico, aunque él no este. Y para ello, ese ejecutivo tiene que olvidarse de sus miedos personales y atraer a los mejores y separar o reubicar a los menos aptos de forma que se asegure el crecimiento de la compañía.

Y aunque suena muy riguroso eso de que los menos aptos para el trabajo deben ser reubicados o separados, en realidad no lo es. Cada persona tiene talentos únicos que deben ser usados en lo que mejor saben hacer. Por lo que hay que ser rigurosos y decirle a una persona que no tendrá éxito en el trabajo que esta desempeñando hoy. Es mejor hacerlo de esta forma, que dejarlo languidecer en incertidumbre durante largos periodos, robándoles su precioso tiempo, en actividades en las que están destinados al fracaso.

Ahora, no quiero decir que se deba despedir a la gente por despedirla, esto requiere un muy buen análisis, la opción más correcta es reubicarla en aquellos puestos en los que podrán ser productivos. El despido es el último recurso.

Pero, como ser riguroso y conformar equipos de alto rendimiento, Jim Collins nos habla de tres reglas básicas, que me parece interesante comentárselas:

  1. Cuando se tenga duda, no contratar, seguir buscando, la mayor restricción para el crecimiento es no poder atraer o conservar a la gente más idónea.
  2. Cuando sepa que necesita hacer un cambio de personas, hágalo ya, asegúrese de que no se ha colocado a una persona en un puesto para el cual no tiene ni las competencias ni los talentos necesarios.
  3. Dedicar a los mejores a las grandes oportunidades, no a los grandes problemas.

Usted se dará cuenta que esta formando un equipo altamente competente cuando las personas que logro atraer, desarrollar y conservar, le entregan las mejores soluciones para que usted las evalúe y le dan los argumentos que sostienen su propuesta. Discuten apasionadamente con usted y le ayudan a decidir, tal vez no estén de acuerdo con su decisión, pero una vez que se toma una decisión, apoyan firmemente, así no haya sido su propuesta, olvidando sus intereses personales y esforzándose, hasta que como equipo logran el objetivo.

Si usted tiene un equipo así, no se preocupe cuando los tenga que abandonar, seguramente lo van a extrañar, pero todos son tan competentes como usted y todo seguirá igual, pues usted no fue un “Genio con Mil Ayudantes”, sino un “Formador de Genios”.

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